Se entiende por contaminación atmosférica, la presencia en el aire de sustancias o formas de energía que impliquen riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza.
Cuando estas materias o fuentes de energía ponen, o es probable que pongan en peligro la salud del hombre, su bienestar o recursos directa o indirectamente, se convierten en contaminantes.
En las grandes ciudades, la contaminación del aire se debe a los escapes de gases de los motores de explosión, a los aparatos domésticos de la calefacción y a las industrias (principalmente la de generación de electricidad) las que liberan en la atmósfera gases, vapores o partículas sólidas capaces de mantenerse en suspensión, perjudicando la vida y la salud, tanto del ser humano como de animales y plantas. También hay otras sustancias tóxicas que contaminan la atmósfera como el plomo y el mercurio.
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